miércoles, 9 de enero de 2008

notodo.com RECOMIENDA

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La abadesa de Castro para enamorados y/o desengañados
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El cuatro de enero, el sitio notodo.com nos ofreció una excelente reseña de La abadesa de Castro, donde se destaca la capacidad de Stendhal para describir el estado de ánimo de los enamorados, su talento para que nos identifiquemos con los protagonistas y el carácter funesto en el que puede resultar la pasión. Más...
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La abadesa de Castro
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Hay una pequeña superstición literaria que hace que todas las obras de los grandes maestros del pasado, incluso las muy menores, se reseñen como si nos encontráramos ante una joya de la literatura. Y no siempre es así. También podemos encontrarnos, como en el caso de La abadesa de Castro de Stendhal, el más romántico de los realistas franceses del XIX, de un relato simplemente entretenido, extraído de sus Crónicas italianas, donde brilla la capacidad del autor para la descripción del estado anímico de los enamorados.

En sus dos primeros tercios, nos introduce a través del viejo recurso del manuscrito hallado en un archivo en la Italia del Renacimiento. En una pequeña ciudad provinciana, dos jóvenes amantes se enfrentan a un aciago destino: Elena, la bella hija de un preboste local, y Julio, cuyo padre era un capitán de mercenarios al servicio de uno de los poderosos clanes de la nobleza romana. Stendhal nos muestra sus dudas, vacilaciones, miedos y apasionamientos con su particular talento para que nos identifiquemos con sus protagonistas, en medio de un escenario donde no falta ningún detalle: duelos, batallas, muertes más o menos heroicas, hermosas damas que se asoman a un balcón al más puro estilo de Romeo y Julieta, intrigas políticas, etc. Esta primera parte puede recordarnos a La Cartuja de Parma en cuanto a que narra una educación sentimental llena de detalles tragicómicos, mientras que en las últimas páginas, al relatarnos el sombrío final de la historia, con torturas de la Inquisición, condenas a perpetuidad y suicidios incluidos, parece que nos hallamos en el igualmente oscuro desenlace de Rojo y Negro.

En realidad, habría podido inspirar al autor una novela autónoma, porque el cambio de tono es muy abrupto, como si fueran dos narraciones distintas soldadas a la fuerza. Sin ser perfecta, La abadesa de Castro nos muestra hasta qué punto puede resultar funesta una gran pasión, lo que la hace, sin duda, recomendable tanto para los enamorados como para los desengañados del amor.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sorprendente novela, Santuario. Muy muy recomendable.
Felicitaciones y adelante con la editorial.

Impedimenta dijo...

Gracias, gracias. Se lo diremos a la traductora, Pilar Adón, de la que es todo el mérito. Date cuenta de que esta obra había sido negligida incluso en el propio mundo anglosajón, hasta que la recuperó la prestigiosa Hesperus Press.
Un fuerte abrazo,
Enrique Redel
EDITOR