viernes, 9 de abril de 2010

"La hija de Robert Poste" y "La novela del adolescente miope" en solodelibros

Solodelibros publica reseñas sobre las obras, editadas por Impedimenta, de Stella Gibbons y Mircea Eliade.

La hija de Robert Poste - Stella Gibbons

7 de abril de 2010 por Sr. Molina.


¿Qué se puede decir de una novela en la que su autora señala con asteriscos los pasajes «más elegantes y literarios» para que podamos saber el tipo de literatura que tenemos entre manos? Pues mucho, aunque lo principal es que La hija de Robert Poste es un despropósito delicioso de principio a fin, dicho esto como una gran alabanza. Uno no es lector habitual de libros de tradición cómica, del estilo de Wodehouse, Sharpe o Waugh, de ahí que esta novela de Stella Gibbons cayese en mis manos casi por casualidad; pero a posteriori he de confesar que me he divertido enormemente y que la calidad de la obra es superior a lo que podría esperarse.

La hija de Robert Poste cuenta la historia de Flora, una joven huérfana a la que sus padres apenas dejan dinero como para mantenerse, por lo que debe ingeniárselas para tratar de sobrevivir. Así pues, decide vivir a costa de sus familiares, porque, como ella misma expone: «he observado que mientras aún persiste el absurdo prejuicio contra el hecho de vivir de los amigos, no se establecen límites, ni por parte de la sociedad ni por parte de la conciencia personal, a la carga que una puede suponer a la hora de vivir con sus parientes.» Las circunstancias la llevan a convivir con los Starkadder, primos suyos y dueños de una granja en el condado de Sussex; la confrontación entre la urbanita Flora y los rudos habitantes de Cold Comfort, como es lógico, hará saltar chispas entre todos los moradores del lugar.

La trama de la novela es endeble, desde luego, pero en realidad su solidez estriba en la caracterización de los personajes y el constante sentido del humor que aflora en cada página. Gibbons no concede importancia a la construcción de una historia consistente (de hecho, el título del libro hace referencia a un oscuro secreto que queda sin desvelar), sino que apuesta por focalizar la atención sobre unos protagonistas irónicos, alocados e histriónicos. El apuesto Seth, primo de Flora y galán del condado, cuya hombría hace caer rendidas a las mujeres, por ejemplo. O la sirvienta Meriam, que cada primavera queda embarazada por obra y gracias de la floración de la parravirgen, una extraña planta que crece en los alrededores. O Adam, el viejo vaquero de Cold Comfort, que prefiera colgarse del cuello el estropajo que la protagonista le regala para fregar antes que ensuciarlo con la suciedad de los cacharros. O su tía Ada Doom, una anciana retraída y hosca que ejerce de matriarca sobre todos los habitantes de la granja y que esconde en su memoria un suceso acaecido en la leñera que la marcó para siempre…

El modo de expresarse (mucho más colorido en el original inglés, claro está, aunque la traducción está a la altura) y la manera de actuar de todos estos personajes son la verdadera savia de la novela, el auténtico motor de la acción. Las peripecias de Flora y compañía son tan cómicas, y están cargadas de una ironía tan feroz —y a veces tan sutil—, que por sí mismas constituyen todo un núcleo narrativo autónomo y completo. El desopilante comportamiento de todos ellos hace que la trama (entendida como un conjunto de acciones homogéneas) sea lo último en lo que se piensa, ya que uno sólo quiere seguir disfrutando de sus absurdas peripecias.

Aparte de ello, el estilo de Gibbons es florido y sarcástico, de un humor que en ocasiones resulta feroz; las alusiones y burlas a otros escritores (no tienen desperdicio las alusiones a D.H. Lawrence y su sensual tratamiento de la mujer) son constantes, así como la mofa de géneros, costumbres y corrientes literarias: «La hija de Robert Poste tenía un vívido conocimiento de los embarazos y los partos rurales gracias a la lectura de las obras de algunas novelistas, especialmente de aquéllas que nunca se habían casado.»

En pocas palabras: lean esta novela. Puede que no tenga una enjundia literaria mayúscula, pero les aseguro que encontrarán mucho más que un buen rato de lectura.

La novela del adolescente miope - Mircea Eliade

9 de abril de 2010 por Sra. Castro


La novela del adolescente miope está basada en los diarios que el propio Mircea Eliade escribió a lo largo de su adolescencia y juventud. El título está tomado de un libro que el propio Eliade adolescente proyectaba escribir y cuyo germen debían ser los cuadernos en los que el escritor anotaba sus impresiones o esbozaba a sus compañeros y amigos como si de personajes de novela se tratara.

El volumen publicado por Impedimenta recoge además Gaudeamus, con textos tomados de los diarios que el escritor rumano escribió después de su ingreso en la universidad. En ambos escritos se amalgaman las tumultuosas vivencias y contradicciones de la adolescencia, con la ferrea voluntad de un hombre que hubiera sido trasplantada al carácter todavía inmaduro de un muchacho. Tanto La novela del adolescente miope como Gaudeamus son ejemplos de profunda introspección, fruto de la necesidad de viviseccionarse a sí mismo que el autor padeció a lo largo de toda su vida.

La novela del adolescente miope es un texto curioso, habida cuenta de que recoge el diario íntimo de un muchacho. En sus páginas jamás se alude a la vida familiar del futuro escritor, si no es de pasada: Eliade se centra en el día a día del liceo en el que cursa estudios, pero sólo para dejar constancia de la forma en que la vida de estudiante ahoga en él las ansias de conocimiento y libertad. La enseñanza reglada, con su mediocridad y la violencia que ejerce sobre el intelecto, aterra al joven, que considera que sus conocimientos (adquiridos de forma autodidacta) y sus capacidades superan, no sólo las de sus compañeros, sino también las de sus propios maestros.

Esa terror a la medianía, a estancarse en ella, funciona como un motor que acicatea el muchacho y desarrolla en él una invencible fuerza de voluntad que le empuja siempre. El desarrollo de esa voluntad, sin embargo, es paulatino y el lector asiste a la lucha incansable entre disciplina y pereza. Cada vez que la vida le tienta con sus placeres mundanos, cada vez que se abandona a la inocencia de un paseo en compañía de sus amigos, el muchacho siente que traiciona a la mejor parte de él y se obliga a volver con redoblado esfuerzo a su tarea.

Se puede decir que Mircea Eliade tuvo desde siempre absoluta fe en sí mismo y en la idea de que podría llegar allá donde se había propuesto. Y si cuando era adolescente no tenía claro dónde estaba esa meta hacia la que estaba dispuesto a dirigirse pese a todo, se aprecia cómo progresivamente se aclaran sus ideas, encuentra su rumbo y decide no apartarse de él.

Mircea Eliade considera que es diferente del resto de sus coetáneos y, por lo general, se juzga superior; no sólo por sus cualidades, sino precisamente por haberse trazado un camino y luchar día a día para fortalecer la voluntad que le mantiene en él. Este aspecto resulta especialmente notorio en Gaudeamus, pues si bien al principio de su ingreso en la universidad se vuelca en la vida estudiantil y medita largamente sobre la felicidad de no estar solo, pronto retomará su aislada vida de trabajo.

Existe en Eliade una duda constante acerca de si su elección del estudio y el esfuerzo, en lugar de la vida despreocupada que le correspondería por su edad, ha sido correcta. Sin embargo, y esta es una idea central de Gaudeamus, el joven pretende diferenciarse del resto de sus compañeros gracias justamente al heroísmo que encierra el abandono voluntario de una vida placentera, para dedicarse a la erudición.

Mircea Eliade se propuso ser un héroe, hacer de la suya una existencia heroica en la que no hubiera espacio para las concesiones ni la autoindulgencia. Renunció a cualquier conato de vida al margen del estudio, e incluso al amor, que concebía como una humillación a la vez que una claudicación de todas sus creencias. Y esa lucha constante, ese desafío perenne a su intelecto y a su voluntad se recogen con sencillez y profundidad en los textos que componen estas obras, los cuales resultan una excelente muestra de introspección psicológica.


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